Uno de los aspectos fundamentales a tener en cuenta en la fase previa a la publicación de una obra literaria es la búsqueda de un editor que se encargue de la misma o bien de un agente literario capaz de representar al autor. Es entonces cuando el flamante escritor dedica todo su esfuerzo en contactar con los profesionales dedicados la publicación de obras, deseoso de recibir una propuesta convincente que lleve hasta las librerías la obra que tanto le costó terminar.
No es sencillo, ya lo sabe, y para conseguirlo hay que realizar una labor importante de pulido del texto, cosa que muchos autores obvian. Sin embargo, las editoriales descartan aquellas obras cuyos textos no han sido depurados al máximo y esto es algo que no podemos obviar.
SOLICITAR PRESUPUESTO DE CORRECCIÓN
Meses o años de dedicación, cotejo interminable de datos, noches en vela escribiendo ante un teclado cuyas letras ya no se distinguen del chasis y tantos y tantos desvelos que acaban de culminar inquietan, más que nunca, a un autor —escritor en ciernes— que no desea ver su obra en el olvido de un montón de folios escondidos bajo un cajón.
Llegado el momento, la obra es enviada a un buen número de agentes, editores e intermediarios que pueden llevarlas a las librerías, con solo proponérselo, envuelta en unas cubiertas atractivas capaces de acercar a los lectores hasta su trama recién concluida.
Hasta aquí, una historia que busca un final feliz. Sin embargo, la probabilidad de que esta obra —o la que usted acaba de concluir— llegue en las mejores condiciones a las librerías es, lo decimos con toda franqueza, muy limitada. Esta limitación puede venir dada por el escaso interés del contenido de la obra, por la escasa definición de su estructura, por el tratamiento superfluo de los personajes o por la redacción inexperta de un escritor todavía bisoño. Sin embargo, la mayoría de las obras que llegan a los agentes literarios y editores no llega a ser tenidas en cuenta por los lectores profesionales que se encargan de su valoración. ¿Qué ha podido suceder? ¿Por qué una obra es rechazada sin conocerla en profundidad? ¿Por qué se desestima lo que apenas se conoce? Muy sencillo:
El 95% de los manuscritos que se envían a agentes y editores contienen, en mayor o menor medida, faltas de ortografía o tipografía. Cuando un lector profesional se encuentra con varios acentos omitidos, alguna falta más o menos grave, omisiones o reiteraciones no continuará leyendo. Es como cuando el profesor nos decía: «a la segunda falta no sigo corrigiendo el examen». Y tiene su lógica, claro que sí: cuando un lector responsable de la valoración de obras de cara a su posible publicación se encuentra con varias faltas de ortografía, por levas que sean, se da perfecta cuenta de que el ilusionado escritor ha leído muy poco y difícilmente, por tanto, estará capacitado para escribir una obra digna de ser publicada.
Lamentablemente, los correctores informáticos que se incluyen en la mayoría de los procesadores de textos no realizan una corrección pormenorizada de los texto (en ocasiones pueden incluso empeorar las cosas), mucho menos se encargan de que la tipografía (comillas españolas, inglesas, guiones, etc.) esté colocada donde tiene que estar y de acuerdo con las reglas estandarizadas a tal fin.
Consejo: No presente una obra a editoriales ni agentes si previamente no ha sufrido una exhaustiva corrección de su texto.
Describimos los tipos de corrección que debe aplicarse a una obra:
TIPOS DE CORRECIÓN
■ Corrección ortográfica.- Mediante la que el texto sufre una revisión profunda de la ortografía sin entrar en aspectos tipográficos. El corrector, al concluir su trabajo, enviará el texto corregido con los cambios detallados con objeto de que proceda a su validación.
■Corrección tipográfica.- En este caso, el escritor solo encomienda a un profesional la completa revisión de los caracteres tipográficos, dando por sentado que no requiere corrección ortográfica alguna.
■Corrección ortotipográfica.- Se trata, evidentemente, de una combinación de las anteriores en las que un experto corrector se las entiende tanto con la ortografía como con la tipografía, realizando un completo examen que incluyen los cambios pertinentes. Más tarde, el autor de la obra podrá controlar los cambios realizados mediante el cotejo de la hoja de control de cambios.
■ Corrección de estilo.- Solo apta para profesionales muy veteranos, la corrección de estilo tiene como objetivo enriquecer los textos en base a una serie de parámetros entre los que se encuentran la riqueza léxica, la fuerza narrativa, mejora en las descripciones o agilización de los diálogos. Todo ello, por supuesto, respetando el contenido de la obra.
■ Corrección completa.- Lo ideal en toda corrección de textos que se precie es realizarla de manera completa. De este modo y de forma conjunta tienen lugar las correcciones de tipografía, ortografía y estilo. Si lo que desea es un acabado impecable de su obra, no dude en solicitarnos un presupuesto de corrección:
Desde INSEDIC le recomendamos encarecidamente que, una vez concluida su obra, la deje en manos de profesionales correctores para que la ultimen en todo su esplendor. Es la mejor manera de presentarla ante editores y agentes y de aumentar significativamente las probabilidades de su publicación tras el visto bueno de los lectores profesionales de estos medios. No hacerlo puede significar el rechazo continuado, editor tras editor o el silencio prolongado de los profesionales de la publicación tras el envío del manuscrito.
Nuestros servicios de corrección abarcan tanto la corrección ortográfica como la tipográfica y la de estilo, todas ellas realizadas por expertos correctores que trabajan para sellos editoriales españoles.