En un texto en prosa a menudo aparecen diálogos intercalados con la narración. Para evitar la confusión en el lector debemos marcarlos de forma correcta. Todos los diálogos deben introducirse con guión largo, también conocido como raya, siempre pegado a la primera palabra del diálogo.
Si durante el diálogo tenemos que introducir una acotación, esta debe introducirse con el mismo guión y no entre comas. Solo llevarán guión al final si continúa el diálogo, si la acotación va termina el párrafo no será necesario.
Nunca debemos mezclar intervenciones de diferentes personajes en la misma línea, porque puede llevar al lector a confundir la voz de los distintos personajes. La clave está en que quede claro en todo momento quién es el que habla.
No es necesario poner guiones si el diálogo no es directo, porque si está contado en voz del narrador, este se encarga de especificar las palabras que ha dicho cada una de las voces que intervienen en la conversación. Nunca debemos poner guiones para los pensamientos, si queremos marcarlos de alguna forma, podemos ponerlos entre comillas.
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