A veces poner la preposición «de» ante la conjunción «que», diferencia una expresión correcta de una incorrecta. Cuando dudemos si debemos ponerla o no, podemos sustituir todo lo que va detrás del verbo por «algo». Si el verbo nos pide poner un «de» delante, entonces lo correcto sería ponerlo también delante del «que». Por ejemplo: «Me di cuenta de que tenía que llegar rápido». Si la preposición no es necesaria es porque estamos ante una oración subordinada y si la ponemos sería un caso de dequeísmo.
Si nos encontramos con una oración que necesita preposición, normalmente «de», pero la omitimos, sea de forma intencionada o no, estamos ante un queísmo. La Real Academia califica el queísmo como uso indebido, aunque es muy habitual en la lengua hablada, no se acepta en la lengua escrita. La preposición está regida siempre por el verbo, es necesaria para completar el significado y no se puede prescindir de ella.
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