Cuando escribimos es muy común recurrir a ciertas palabras específicas de otro idioma, que son más acordes a lo que queremos expresar. Es el caso de los latinismos en contextos cultos, académicos o científicos, pero hay que tener cuidado con su forma, ya que aunque son de uso habitual, la forma usada es incorrecta. Es el caso de la expresión motu proprio, cuya versión extendida es «motu propio», usada incluso en la prensa escrita, pero que es incorrecta. Lo adecuado es, por tanto, escribir motu propio. Por este motivo debemos asegurarnos que el término utilizado está bien escrito, evitando errores por escribir directamente la forma extendida sin comprobar si es la correcta, sobre todo en aquellos que no solemos utilizar.
El uso de los latinismos es más común en las lenguas derivadas del latín, como el español, francés o el italiano; aunque también pueden aparecer en otras lenguas. En el español también usamos extranjerismos, cada día es más habitual ver palabras de otros idiomas intercaladas en un texto, sobre todo del inglés. Debemos asegurarnos que escribimos la palabra correctamente, sobre todo cuando están incluidas en nuestro diccionario como por ejemplo: whisky, que es habitual encontrarla escrita como «whiskey», aunque no es incorrecta porque existe en el inglés de algunas zonas, nuestro diccionario la recoge sin «e», por lo tanto debemos utilizar la forma de nuestro diccionario.
Por último, cabe recordar que si los latinismos o extranjerismos están aceptados por la RAE, se escribirán en redonda y si no están aceptados irán en cursiva.
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